domingo, 12 de abril de 2009

El Submarino encalla ante el 'tsunami Málaga'

Un sólo punto en el Tourmalet no era botín para sacar pecho. Ya, en la primera vuelta, los de Tapia se encargaron de sumar cuatro y, con la victoria de ayer en El Madrigal, los blanquiazules igualaron la cifra.
Una auténtica lección de buen fútbol, derroche físico, permutas, desdoblamientos y posicionamiento fue la que ofreció el Málaga en casa del cuartofinalista de Champions. Muchos achacarán la derrota del Submarino amarillo a su plena 'inmersión europea'. Es por esa travesía por la que pelea el Málaga. Por un puesto en la zona de honor de la Liga BBVA. Entre los grandes. Y ahora, más que nunca, es posible.
Anoche dormitó en zona UEFA, a tan sólo dos puntos (ampliables a tres a expensas de lo que ocurra hoy en Gijón con el Valencia) están los pupilos de Tapia de zona Champions. No renunciarán a nada.
Ayer volvió a saltar el Málaga a El Madrigal con Jesús Gámez como bregador en el centro de la zaga con 'Weli'. ¿Tirón de orejas para Hélder y Cuadrado? Manolo Gaspar volvió a cumplir notablemente en el lateral y la aportación del internacional Capdevila en la noche de ayer fue testimonial.
Cuando la primera mitad daba ya sus últimos coletazos volvió a aparecer el 'León de la Palmilla'. Apoño se sacó un pase con la zurda majestuoso que Duda, previo recorte a Gonzalo, aprovechó para establecer la ventaja en el electrónico. Gol psicológico lo llaman los entendidos. Ayer lo resultó, y mucho.
Ya en los segundos 45 minutos las acometidas e intentonas amarillas se sucedían sin efecto. Goitia fue ayer un baluarte que desbarató livianas ocasiones de Ibagaza y sobre todo de Rossi, que ayer volvió a ser un quebradero de cabeza para sus marcadores.
Con el Villarreal volcado por el empate y con todo su arsenal ofensivo en liza (Llorente y Guille Franco), el Málaga sentenció a la contra. Alberto Luque, recién ingresado en el césped, esprintó por el carril izquierdo sin oposición y sirvió al segundo palo donde entraba libre de marca como una exhalación 'Eli-Bolt'. El luso alojó al fondo de las mallas de Diego López el 0-2.
La afición castellonense despidió con una ligera pitada a su equipo tras el vendaval malaguista que arrasó El Madrigal.

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